Connecting Waterpeople

Se encuentra usted aquí

Salud e Higiene Menstrual: Claves para la aceleración de la igualdad de género

Sobre el blog

Alberto Guijarro Lomeña
Ingeniero Industrial y Posgrado en Cooperación Internacional. Agua, saneamiento, Agenda ODS, desarrollo, sostenibilidad, RSE.

Salud e higiene menstrual, Jornada ONGAWA. Miriam Lyle, SED

ONGAWA ha liderado un proceso de reflexión multiactor en colaboración con diversas organizaciones de la sociedad civil y otros actores de la cooperación internacional, tanto a nivel nacional como internacional, dirigido a profundizar e intercambiar experiencias y aprendizajes sobre salud e higiene menstrual en poblaciones de bajos recursos.

Este proceso se basa en la convicción compartida de que la pobreza menstrual es un agravante de la desigualdad de género y, por lo tanto, debe abordarse de manera holística. No se trata simplemente de un tema de salud, infraestructuras o acceso a productos de higiene menstrual; es un desafío multidimensional que requiere una respuesta integral y multisectorial para abordar todos sus efectos.

Desmitificando la menstruación en poblaciones en situación de vulnerabilidad social y económica

Uno de los problemas generalizados que hemos identificado es el desconocimiento generalizado sobre la menstruación, incluso entre las propias personas que la experimentan. Este tema se mantiene como un tabú en muchas sociedades, lo que dificulta su discusión y se vincula con mitos, tradiciones y creencias culturales y religiosas transmitidas de generación en generación, lo que complica aún más el abordaje. Esta invisibilidad tiene impactos significativos en la vida de las personas menstruantes, exacerbando la desigualdad de género y limitando el ejercicio de sus derechos humanos y su desarrollo socioeconómico.

Es precisamente la conexión entre menstruación e igualdad de género, uno de los elementos que debe marcar las políticas y actuaciones, y hasta el propio lenguaje. Por ello, Naciones Unidas propone hablar de las personas que menstrúan, para hacer visible dicha conexión y no dejar a nadie atrás, aclarando que no todas las personas que menstrúan son mujeres.

Barreras e impactos en diversos sectores

Los impactos de una salud e higiene menstrual inadecuadas y las barreras que dificultan el avance en este ámbito son variadas.

En el sector de la salud, la falta de acceso a espacios privados y seguros para la gestión de la higiene menstrual, así como la escasez de agua potable y jabón, conlleva la realización de prácticas higiénicas deficientes. Esto implica la proliferación de infecciones y enfermedades que a menudo no se tratan adecuadamente debido a la falta de formación en salud menstrual entre el personal médico.

En el ámbito educativo, la mala gestión de la higiene menstrual provoca un alto absentismo escolar durante los días de menstruación, lo que afecta la educación de las niñas y, en algunos casos, incluso provoca el abandono escolar temprano. Además, en ocasiones las niñas se enfrentan a un acoso escolar debido a la menstruación, lo que impacta negativamente en su autoestima y rendimiento académico.

A nivel social y político, la menstruación se considera un estigma en muchas sociedades, lo que limita la participación de las mujeres en la vida pública y en la toma de decisiones. Además, existen restricciones culturales y religiosas relacionadas con la menstruación que afectan a otros derechos fundamentales.

Desde una perspectiva económica, una mala gestión de la higiene menstrual limita el acceso de las mujeres a oportunidades económicas, lo que contribuye a la desigualdad de género. La menstruación dificulta que las mujeres desarrollen actividades económicas, teniendo muchas veces que renunciar a ellas unos días al mes. Además, el costo de los productos menstruales y los impuestos que se les aplican también representan barreras económicas para las personas menstruantes, con un gasto mensual a lo largo de unos 35 años de sus vidas que supone un gasto total de entre 6.000 y 10.000 €, que no tienen los hombres.

Abordando el Desafío Integralmente

Para abordar la pobreza menstrual de manera integral, el proceso participativo impulsado por ONGAWA ha dado lugar a una serie de propuestas para avanzar:

  • Mayor inversión en salud menstrual y capacitación de personal médico.
  • Educación menstrual en todos los niveles, incluyendo a hombres y niños.
  • Campañas de concienciación social y promoción de actores de la sociedad civil que impulsen la movilización social.
  • Coordinación entre movimientos sociales y ONGD para visibilizar barreras y exigir cambios políticos.
  • Mayor conocimiento del ciclo menstrual y el cuerpo desde edades tempranas.
  • Inversión en infraestructuras de agua y saneamiento con enfoque de género.
  • Empoderamiento económico de las mujeres y apoyo a emprendimientos femeninos.
  • Reducción de impuestos sobre productos de higiene menstrual.
  • Gestión ambientalmente sostenible y asequible de los residuos de los productos menstruales

La pobreza menstrual es un desafío multidimensional que impacta negativamente en la equidad de género. Abordar la salud y la higiene menstrual no es solo un asunto de salud, sino un imperativo de derechos humanos y equidad de género que contribuye al bienestar y los derechos humanos de las personas menstruantes.

Accede a esta lista de reproducción para acceder a presentaciones de diversas especialistas en este ámbito.

Este proyecto se ha realizado con el apoyo de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe.