El pasado 6 de junio hubo elecciones en México, y sin soslayar las lecturas en lo que toca al reacomodo de las fuerzas políticas internas del país, lo interesante para quienes nos dedicamos al análisis de la agenda del agua, es destacar el hecho de que ésta sí estuvo presente en varios casos que me permitiré enumerar en este artículo, aunado al hecho de que sin duda este mismo análisis nos puede generar un visor sobre cómo será el abordaje del agua en el país para los próximos tres años.
Para comenzar, es importante contextualizar que previo a las elecciones se suscitó un evento relevante en materia bilateral entre México con los Estados Unidos de Norteamérica, toda vez que conforme al Tratado Internacional de Límites y Aguas que ambas naciones suscribieron desde el año de 1944, había algunos adeudos de agua pendientes en este 2021, y los productores de los estados fronterizos se opusieron a que se realizara el pago anual de dichos volúmenes, a razones de la sequía. Ante ello, Maru Campos, la entonces candidata a la gubernatura del estado de Chihuahua por una coalición de partidos políticos (PRD y PAN) opuestos al partido actual en el poder (Morena), acudió al lugar de los hechos, habló con los productores, realizó transmisiones en vivo a través de las redes sociales, y aún y cuando la disputa se dirimió por las vías diplomáticas, lo cierto es que en términos de marketing político podríamos calificar como oportuna la táctica comunicacional de quien ahora está confirmado será la nueva gobernadora de aquel estado.
Por otra parte, en el caso de Samuel García, el próximo gobernador del estado fronterizo de Nuevo León por el partido en crecimiento Movimiento Ciudadano, se posicionó también con la agenda del agua al declarar que dicho territorio no enviaría más agua al vecino estado de Tamaulipas, como se establece en el acuerdo que data del año de 1996, y que ha sido motivo de disputas entre las dos entidades. En dicho acuerdo se establece que si al 1 de noviembre de cada año la presa El Cuchillo, ubicada a 100 kilómetros al oriente de Monterrey, tiene más de 315 millones de metros cúbicos de agua, el excedente debe ser trasvasado a la presa Marte R. Gómez, en Tamaulipas, si ésta dispone de menos de 700 millones de metros cúbicos. Sin embargo, aun y cuando los usuarios no estén de acuerdo en ello, remover un acuerdo de esta naturaleza dista mucho de ser modificado en el corto plazo, toda vez que conforme a lo que estipula la Ley de Aguas Nacionales de México, la administración del recurso reside en la autoridad nacional que en esta caso es la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), y se requeriría también del aval del Congreso Federal.
Más hacia el centro- sur de la República Mexicana, en el estado de Michoacán, un territorio que enfrenta una importante crisis climática y de agua por la deforestación que se ha disparado en los años recientes por el "boom" de los cultivos de aguacate (es el primer estado productor en el país y el principal exportador del producto hacia los Estados Unidos), y que se caracteriza por ser un lugar importante de cuerpos de agua y de lagos (de hecho abastece en parte a la Ciudad de México, al estar integrado en el Sistema Cutzamala), el candidato de la coalición PRI-PAN-PRD, Carlos Herrera Tello, ofertó direccionar políticas para equilibrar el consumo de agua sin detrimento del crecimiento económico por la exportación del aguacate, así como el rescate y saneamiento de lagos milenarios como el de Cuitzeo y de Pátzcuaro. A la fecha la elección local se dirime en tribunales federales, por lo que habrá que ver en qué concluye el proceso, y sobre todo, cómo se sacará avante esta vital agenda desde lo local.
Y no podemos dejar de lado el caso de la Ciudad de México. En esta elección 2021 prácticamente la mitad de las alcaldías cuyas administraciones están por concluir en un par de meses, y que están alineadas al partido de Morena (el partido de la actual Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheimbaum), cambiarán de partido de origen, sobre todo dando un giro a diferentes plataformas ideológicas de derecha y centro-izquierda, y la otra mitad de alcaldías (curiosamente las que más padecen de desabasto de agua), permanecerán en el mismo partido de Morena. Ello se convertirá en todo un reto para la jefa de gobierno, toda vez que tampoco tendrá la mayoría en la asamblea legislativa, por lo que hacer converger la agenda del agua en la CDMX requerirá de un alto grado de complejidad y de capacidad de diálogo.
Por último, hablando de lo legislativo, será interesante también ver qué ocurrirá en el Congreso Federal de México, toda vez que Morena perdió la mayoría calificada, y los nuevos legisladores entrarán a partir del 1º de septiembre de este 2021, repartiéndose las comisiones de trabajo que son permanentes (entre ellas la de recursos hidráulicos), lo cual seguramente será a fuerza de negociación política, más que de competencia técnica. Ello sin duda será determinante para el trazo de la agenda del agua que oriente el Ejecutivo Federal, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y la directriz que adopte la propia CONAGUA para el segundo trienio de la actual administración.
Este nuevo mapeo de actores sin duda será cautivante, y ahí estaremos los especialistas dándole seguimiento. El reto más importante sin duda será el diálogo político y el bienestar tanto del recurso como de la sociedad. Ojalá ello pueda prevalecer por encima del interés de otras agendas.