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América Latina: cuidar el agua y medioambiente es una actividad mortal

Sobre el blog

Luis Luján Cárdenas
Sociólogo y Periodista, Magíster en Administración, especialista en Comunicación para el Ecodesarrollo, articulista en diversos medios escritos de Perú.
  • América Latina: cuidar agua y medioambiente es actividad mortal

A la par del periodismo, defender el agua y el medio ambiente es una actividad altamente peligrosa en América Latina, debido principalmente a su codiciado ecosistema amazónico. La extracción de oro, petróleo, madera, agricultura, turismo y venta de animales son las principales actividades de personas inescrupulosas, con vínculos con organizaciones internacionales que violan la ley, penetran las altas esferas de gobierno y no tienen reparo en asesinar, contaminar y degradar el agua de ríos, lagos y tierras boscosas.

Laura Furones, asesora principal de Global Witnerss ―en entrevista exclusiva a iAgua― señala que la región americana acaparó el 88% de los asesinatos en el mundo, el año pasado. “En los últimos 9 años la Amazonia se ha convertido en el lugar más peligroso para los defensores ambientales: 296 personas asesinadas. La mayoría de casos que documentamos se dieron en América Latina: 22 Colombia, seguidos de Brasil y México”.

¿Quiénes son los responsables de la muerte de estos defensores del planeta? “Nosotros ponemos la responsabilidad sobre todo en los hombros de dos actores: por un lado, son los gobiernos, los directos responsables del bienestar de los ciudadanos y de su integridad física, así como de la prevención; y, por otro, muchas empresas, que tienen la obligación de cooperar donde realizan sus actividades extractivas: agronegocios, minería, tala, actividades forestales; y pueden hacerlo, pero sin violar los derechos humanos”.

Pero subraya que se puede “hacer una diferenciación entre los gobiernos del norte global y el sur global. La gran mayoría de los ataques que documentamos, más del 99%, prácticamente todos se dan en el sur global. Se dan en gobiernos con políticas que no van para nada a favor de proteger derechos de personas defensoras. Los guardianes de los bosques y el agua de Brasil, Perú y Venezuela son agentes importantes para la adaptación a los efectos del cambio climático, defienden su hogar y el planeta y poseen una elevada conciencia de derechos comunitarios, especialmente donde la presencia del Estado es débil”, sostiene Furones.

Pero hay fallas notorias y sensibles en el plano internacional. El famoso Acuerdo de París no es respetado por los grandes países contaminantes; los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no podrán ser alcanzados al 2030 por efecto del Covid – 19; la declaración de Glasgow no detiene la deforestación; y, el Acuerdo de Iguazú, que protege y promueve los derechos de los ambientalistas, firmado por 24 países de América Latina y el Caribe, es aún débil. Perú, lamentablemente, no lo ha ratificado por parte del Congreso de la República. Estamos viendo y viviendo que todos los problemas ambientales más bien se agravan, y el cambio climático está a su favor.

Furones reconoce y critica: “Estamos intentando aplicar soluciones lentas a muy largo plazo como si no hubiera prisa, no estamos siendo lo suficientemente ambiciosos. Creo que todavía no hay ese despertar de los grandes negociadores que van a la Conferencia de las Partes (COP) y a todos esos lugares y reuniones mundiales. Se abordan estos temas, pero se sigue hablando de esto como si hubiera tiempo para actuar de alguna manera. No lo hay. Este problema, dentro de 100 años, va a ser demasiado tarde para solucionarlo”.

El Acuerdo de Escazú es importante para América Latina

El panorama es oscuro, incierto y peligroso para los guardianes de las fuentes naturales de agua, bosques y ecosistemas. Desde la creación del Acuerdo de París en el 2015, según informa Global Witness, hay un balance de 1390 ambientalistas asesinados en el planeta, 88 en América Latina, la tercera parte de muertos son indígenas. La asesora de campañas de G.W. opina: “no podemos seguir curando un cáncer con una aspirina. Tenemos que realmente llevar esto al nivel de la solución. Este problema no pasa por poner parches, se trata de abordarlo de manera directa”.

“El acuerdo de Escazú es un ejemplo claro para prevenir y detener estas acciones contra los guardianes de los bosques y el agua. Es el primer acuerdo a nivel regional de América Latina, en el mundo, que es legalmente vinculante. Esto es muy importante porque todos los sistemas de sanciones se vuelven mucho más robustos de esta manera. Pienso que puede ser un acuerdo con el que América Latina salga reforzada como una región que lidera el tema de la crisis climática, así como de los derechos humanos. No hay ninguna otra región en el mundo que tenga un equivalente a Escazú, es para sacar pecho y mostrar al mundo este liderazgo a la hora de absolver la crisis más grande que enfrentamos”, resalta.

Actualmente, la vida de los defensores ambientalistas es un infierno: asesinatos, violencia, instigación, amedrentamiento, hostigamiento, intimidación no solo para hombres y mujeres líderes y dirigentes, sino también para sus seguidores y sus familias. Hay desplazamientos de comunidades nativas por este motivo y por la destrucción de su hábitat. ¿No tienen derechos humanos estos grupos sociales? No se habla sobre esta clara exclusión social.

Furones, contesta: “Pienso que las personas que están haciendo trabajo de defensa en América Latina merecen nuestra enorme admiración, respeto y solidaridad. Es una labor complicada, arriesgada, peligrosa y el mensaje para ellos es que nosotros estamos haciendo todo el trabajo para solidarizar y apoyar las causas y hacer todo lo posible para que estos ataques dejen de suceder”. Un importante trabajo y esfuerzo de Global Witness que merece ser conocido y difundido por su incondicional apoyo a los hermanos indígenas de esta parte del planeta que desde sus ancestros han amado la naturaleza, incluso ofrendando su vida y la de sus familias.