El pasado jueves 20 de octubre el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos al agua y al saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo, presentó en la 77° Asamblea General de las Naciones Unidas su informe temático: “Derechos humanos al agua potable y saneamiento de las comunidades rurales empobrecidas”.
Habitualmente el ámbito rural ha quedado invisibilizado frente a las políticas y compromisos nacionales e internacionales en el sector del agua y saneamiento, y con este informe el Relator ha buscado señalar los principales problemas que sufren las comunidades en este ámbito, y a la vez ha resaltado el importante papel que tienen sobre la alimentación mundial y la necesaria transición agroecológica.
Entre los problemas señalados en su informe se encuentran la falta de inversión pública o la falta de información, formación y diálogo con las comunidades locales, además de la afección de actividades mineras, hidroeléctricas, agrícolas e industriales en sus territorios, que “quiebra el principio de disponibilidad, por sobreexplotación y contaminación de sus fuentes”.
En su discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas, el Relator Especial ha insistido en la urgencia de promover estrategias rurales de adaptación al cambio climático frente a los crecientes riesgos de sequía e inundación, para lo que ha señalado la necesidad de financiación pública y de la participación activa de las comunidades.
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Al día siguiente, el 21 de octubre, el Relator Especial ha lanzado su informe ante la comunidad internacional con el apoyo de End Water Poverty y de ONGAWA, a través de un evento online que ha incorporado en 1 hora una entrevista en la que ha desgranado los aspectos más relevantes de su informe, exponiendo también diversos casos que han mostrado retos y metodologías de intervención en agua y saneamiento en zonas rurales.
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