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Recursos hídricos: América Latina y El Caribe al 2050

Sobre el blog

Juan Carlos Castro Vargas
Biólogo, Máster y Doctor en Ciencias Ambientales. Especialista en Recursos Hídricos y Cuencas. 20 años de experiencia, 14 de los cuales como Directivo gubernamental. Motivador y apasionado por la enseñanza en gestión de recursos hídricos.
  • Recursos hídricos: América Latina y Caribe al 2050

Los recursos hídricos son el bien transversal más importante en el proceso de desarrollo de la humanidad. Nuestra mayor labor es dar todo nuestro esfuerzo para alcanzar el uso sostenible de nuestros ecosistemas hídricos, promoviendo una gestión integrada de cuencas, controlando las fuentes contaminantes y haciendo frente a los efectos del cambio climático.

Somos una región privilegiada y debemos interiorizar que somos el factor preponderante en el desarrollo sostenible de nuestros países, conocer la situación de los recursos hídricos en cuanto a disponibilidad, calidad y su vulnerabilidad frente al cambio climático, nos ayudará ampliar la mirada y contribuir con el bienestar social, económico y ambiental quien tanto anhela la población de América Latina y el Caribe.

Generalidades

América Latina y el Caribe (LAC), es, sin duda una de las regiones con mayor disponibilidad hídrica, alcanzando el 33 % del escurrimiento mundial, este porcentaje nos da la sensación que los países de esta región les sobran el agua, en general y dista de ser un recurso escaso. Sin embargo, es un hecho que no está disponible de forma natural en el espacio y tiempo que se la necesita. El crecimiento demográfico, el desarrollo económico y la creciente preocupación por la salud de los ecosistemas producen demandas siempre mayores cuya satisfacción es cada vez más compleja. El empleo intensivo de los recursos hídricos afecta gravemente a la propia calidad del agua y a su entorno ambiental, y pone en peligro la continuidad del desarrollo de las actividades que se sustentan en el agua y garantizan su disponibilidad.

Los indicadores que muestra América Latina dan a entender que buena parte de la región sufre una escasez hídrica. Si vemos el caso peruano en donde la disponibilidad per cápita es de 57.132,00 Hm³/hab/año, sin embargo, este dato distorsiona la realidad del país, puesto que el Perú al estar dividido por tres vertientes hace que la distribución de los recursos hídricos no sea equitativa, no concuerda con la disponibilidad per cápita estimada para cada uno de las vertientes que dividen a dicho país, por lo que la información de disponibilidad per cápita para la vertiente del pacífico es de 1.815,00 m³/hab/año, en dicha vertiente se asienta el 65.98 % de la población (21´113,600). Similar situación con ciertos matices particulares se repite en los demás países de la región latinoamericana.

La distribución espacial de los recursos hídricos en la región, va desde el desierto más árido del mundo, con sectores de precipitaciones prácticamente inexistentes, y áreas con un régimen híper hídrico. Así, un 36 % de su superficie corresponde a zonas áridas, muchas de las cuales presentan una situación de escasez hídrica para atender demandas socioeconómicas (UNESCO, 2010). Por otra parte, un 53 % de la escorrentía regional se concentra en un solo río, el Amazonas. Además, muchas áreas con gran actividad económica e importantes centros urbanos se localizan en zonas con baja disponibilidad hídrica. Ese es el caso de países tales como: México, Chile y el Perú, que concentran un promedio del 40 % de la población y con accesibilidad al 10% de los recursos hídricos disponibles.

Un aspecto importante sobre los recursos hídricos que presenta América Latina son la calidad de los mismos, el cual limita el uso de los recursos hídricos especialmente en zonas áridas y semiáridas. La calidad de los recursos hídricos está influenciado por factores naturales y humanos, la presencia de arsénico, boro y otras sales propias de la geoquímica de las cuencas hidrográficas que alteran de manera significativa los cuerpos hídricos. La contaminación por aguas residuales domésticas (poblacionales), aguas ácidas, uso intensivo de agroquímicos, y otros contaminantes aportan una importante carga contaminante a los cuerpos hídricos. Es así que para el caso peruano el aporte doméstico a la contaminación de los cuerpos hídricos es del 63 %, 1 % por contaminación natural, 2 % por aguas ácidas de mina, 6 % por pasivos ambientales mineros, 25 % de otras actividades, 3 % de industrias diferentes a la minería. La misma situación es la constante en los demás países como Chile, México, Argentina, Brasil y otros.

Pronóstico tendencial

América Latina y el Caribe en los próximos 30 años tienen grandes desafíos en el manejo de recursos hídricos, primero diseñar una adecuada estrategia de planificación que implique revertir los riesgos sobre la salud y el bienestar del ser humano, seguridad hídrica y alimentaria, el desarrollo de actividades económicas y mejorar la calidad de los ecosistemas acuáticos, ya que, de lo contrario, el escenario hacia una escasez hídrica y el manejo inadecuado de los recursos hídricos serán los factores limitantes para que alcance el desarrollo sostenible.

Por ello es imprescindible el análisis de cada etapa del ciclo hidrológico, lo que implica mirar integralmente es decir, la relación que existe entre el ciclo hidrológico y los ecosistemas, ya que este último contribuye al ciclo hidrológico a través de la evaporación, la transpiración, la humedad del suelo, el agua superficial y freática, el agua costera y marítima, dentro de una perspectiva integral, sustentada por las unidades hidrológicas básicas, las cuencas y los acuíferos, definen el potencial hídrico de una región. Más allá de las interrelaciones entre la hidrología y lo biológico, los ecosistemas de agua dulce suministran la base para la seguridad de la población, la cual puede determinarse como el nivel al que la población es capaz de satisfacer sus necesidades básicas: agua, alimento, abrigo y salud, de manera segura y sin riesgo ambiental. Las estrategias de planificación del recurso agua que se logren encontrar, asumen uno de los mayores retos ambientales de la región, esperando que se consiga un resultado entre las prioridades de crecimiento económico, disminución de la pobreza y conservación del recurso.

En esta perspectiva de las relaciones del ciclo hidrológico y los ecosistemas en LAC, es necesario que se asuma, que es importante mirar una integralidad en la gestión de los recursos hídricos en el ámbito de cuencas hidrográficas, teniendo en cuenta que los recursos hídricos en la región están atravesando por serios problemas como:

  • Los países de LAC están experimentando situaciones de estrés hídrico y en algunas localidades de los países, las poblaciones se encuentran en escasez hídrica, situación que dificulta el desarrollo de las actividades productivas, suplir necesidades básicas y mantener los ecosistemas.
  • La sobreexplotación de los recursos hídricos superficiales y subterráneas, para atender tanto las necesidades poblacionales como las actividades productivas, están comprometiendo de manera alarmante las reservas hídricas en la región.
  • Es notorio a pesar de muchos esfuerzos de los países de LAC que gran parte de la población no tiene el suficiente acceso ni la calidad a agua dulce.
  • Seguir con una ineficiente gestión del agua en la agricultura que hoy utiliza el 70 % del agua disponible generará conflictos futuros con otros usos.
  • La carencia de sistemas de tratamiento de aguas residuales domésticos e industriales en los países de LAC, será factor determinante en la calidad de los recursos hídricos, que en el futuro es una fuente potencial de conflictos sociales, solo en el Perú el 80 % de los conflictos sociales tienen relación con la calidad de los recursos hídricos.
  • Los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos comprometen la seguridad hídrica y alimentaria en la región, esto debido a la pérdida de las reservas hídricas solidas, que a la fecha la región ha perdido en promedio el 50 % de su área glaciar y glaciares por debajo de los 5.400 mnsm, han desaparecido o están en proceso de desaparecer.

Los países de LAC en general tendrán que mirar que la gestión de los recursos hídricos se deberá enfocar principalmente en seguridad hídrica (cantidad o disponibilidad, calidad y oportunidad), lo que significa tener agua suficiente en cantidad, calidad y oportunidad, es decir, acceder en el momento en la que se necesita, con el fin de satisfacer la demanda de la población, actividades productivas y conservación de ecosistemas acuáticos, así como enfrentar los riesgos que acarrea los efectos del cambio climático, de manera que se pueda alcanzar la tan ansiada gestión integral de los recursos hídricos.

En LAC, se calcula que se asientan alrededor de 650 millones de personas, el término “seguridad hídrica” se está volviendo cada vez más pertinente. Es importante que se tenga en cuenta que la región, en las últimas décadas, ha experimentado un rápido crecimiento poblacional. Por ende, la vulnerabilidad es latente especialmente en zonas rurales, sumado a los fenómenos climáticos extremos ejercen mucha presión sobre la gestión de recursos hídricos, el suministro de agua y los medios de producción.

Alrededor de 227 millones de personas aún carecen de acceso a un suministro de agua gestionado de manera sostenible y más de 500 millones no tienen acceso a un sistema sostenible de saneamiento. Los países como Argentina, Perú y Colombia con el apoyo del Banco Mundial han inciado la evaluación de su seguridad hídrica nacional de una forma integral y sistemática. No solo es un análisis centrado en el sector del agua propiamente dicha; sino que va más allá, intentando evaluar el impacto económico, social y ambiental que el agua tiene en el desarrollo socioeconómico de un país, haciendo evidentes acciones necesarias para incrementar su nivel de seguridad hídrica.

a) Garantizar la disponibilidad hídrica y el acceso del agua a la población y actividades productivas.

Implica hacer esfuerzos para una gestión integrada de los recursos hídricos en todos los niveles: nacional, local y en el ámbito de cuenca hidrográfica. Emprender proyectos y acciones para conservar las fuentes naturales de agua, impulsar mejoras en las eficiencias hídricas, especialmente en el uso del agua para la agricultura. Establecer políticas claras para el tratamiento adecuado de las aguas residuales domésticas e industriales que se vierten a los cuerpos hídricos.

b) Responder a los efectos del cambios climático.

El gran desafío de los países en LAC está en responder a los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos. Involucra emprender medidas de adaptación y mitigación a los efectos del cambio climático, pero además con enfoques integrales que articulen entre el sector gubernamental, el sector privado y la sociedad civil, y priorizar los siguientes aspectos:

  • Asegurar la provisión de bienes y servicios en la cadena de valor productivo.
  • Establecer medidas para reducir las pérdidas y riesgos de los sistemas de producción especialmente en el sector agricultura.
  • Mejorar el aprovechamiento de los recursos hídricos especialmente en áreas o zonas con alta inseguridad hídrica, lo que implica la construcción de reservorios, actividades de siembra y cosecha de agua, incrementar las eficiencias en el uso del agua especialmente en la agricultura.
  • Implantar proyectos de regulación hídrica en las cuencas hidrográficas, con la finalidad de asegurar el abastecimiento de agua a la población y para el desarrollo de actividades en épocas secas.
  • Conservar y restaurar las partes altas de las cuencas hidrográficas con el fin de incrementar el poder regulatorio (aumentar el tiempo de retención del agua en el suelo y regular los niveles de escurrimiento para evitar las crecientes y aumentar los flujos de retorno para incrementar los caudales en los períodos de estiaje).

c) Gobernanza de los recursos hídricos.

LAC tienen que mejorar la institucionalidad en el sector agua, así como rediseñar su marco normativo y de políticas nacionales, con la mirada de impulsar el mayor valor al agua, modelos de gestión integrada de recursos hídricos, uso de instrumentos financieros y gestión comunitaria o formas asociativas para una provisión adecuada del agua.

d) Asegurar la seguridad alimentaria.

La provisión de alimentos en LAC como en todo el mundo depende de la disponibilidad hídrica y la calidad de los suelos, en ese contexto es primordial mejorar la operatividad de la infraestructura hidráulica (sistemas de riego), reducir la evaporación del agua, disminuir la filtración, la escorrentía y la lixiviación causadas por el movimiento del agua en el suelo, minimizar la contaminación del agua y la salinización de los suelos y promover el mecanismos de reciclaje y la reutilización del agua.

e) Mejorar la calidad de los recursos hídricos y los ecosistemas.

Fomentar estrategias de control ambiental especialmente en los efluentes domésticas e industriales. Reducir las fuentes de contaminación a los cuerpos hídricos asegurará la disponibilidad de la misma y la recuperación de ecosistemas acuáticos. La regulación ambiental juega un papel preponderante si LAC quiere reducir las brechas en calidad de recursos hídricos. Generar los instrumentos técnicos necesarios que orienten a las industrias a mejorar sus procesos productivos e impulsar el reuso de las aguas residuales.

Visión

América Latina y el Caribe en los próximos 30 años (2050) debe poner en marcha políticas y estrategias integradas, modernas y articuladas en gestión de recursos hídricos, con el fin de estar en condiciones de satisfacer las necesidades de abastecimiento o disponibilidad hídrica para los diferentes usos poblacionales y productivos. Asimismo, mediante el mejoramiento de las eficiencias hídricas podrá incrementar la capacidad de abastecer y obtener beneficio productivo del agua utilizada en el desarrollo de la agricultura, minería, industria y energía; y del mismo modo con mecanismos de adaptación al cambio climático logrará mantener los servicios ambientales que proveen los cuerpos hídricos.

Reflexión

América Latina y el Caribe son una región privilegiada en disponibilidad de recursos hídricos, sin embargo, las condiciones climáticas, diversidad de ecosistemas y la compleja distribución geográfica la ubican entre las regiones con mayor inequidad en el acceso a los recursos hídricos. En ese sentido se reconoce que los países hacen esfuerzos importantes para satisfacer las demandas hídricas poblacionales y de actividades productivas.

Es sumamente necesario que los países realicen cambios importantes en las prácticas y actitudes que vinculan a la gestión de los recursos hídricos.

También es importante que se reflexione sobre las falencias en la institucionalidad y gobernanza del sector agua, así como rediseñar el marco normativo, estrategias y políticas de la actual gestión integrada de los recursos hídricos.

Hay que fomentar mecanismos de participación a todo nivel nacional, subnacional y local que logren involucrar al sector gubernamental, sector privado y sociedad civil, este aspecto será clave para alcanzar una adecuada gestión con responsabilidad de todos los actores vinculados a la gestión de los recursos hídricos.

Finalmente, LAC tienen una gran oportunidad de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible en materia hídrica, al impulsar de manera prioritaria mecanismos para mejorar la calidad y disponibilidad de los recursos hídricos, reuso de las aguas residuales domésticas e industriales, restaurar los ecosistemas hídricos y recuperar la capacidad de brindar servicios ambientales. Las decisiones que adopten los países de LAC en los próximos 30 años marcarán el destino de 650 millones de personas, la conservación de los ecosistemas y el desarrollo económico.